Según Bert Hellinger quién descubrió los órdenes del amor, todos pertenecemos al sistema familiar y en realidad a muchos sistemas más como la escuela, la iglesia, el país, la profesión. En algunos sistemas pertenecemos para siempre como en la familia en otros pertenecemos temporalmente por ejemplo la secundaria. Los sistemas tienen sus reglas para poder pertenecer, es lo que llamamos la cultura, el sistema de valores, creencias y la ética. De algunos son somos conscientes, la mayoría son inconscientes. Esto nos hace dividir, que es bueno y que es malo. Es nuestra consciencia moral, también fue descubierto por Bert Hellinger. Lo es bueno en mi sistema familiar no necesariamente es bueno en tu sistema familiar y viceversa. En algunos sistemas soy incluida en otros excluida. Donde soy excluido sufro, puedo experimentar bullying, exclusión de información, de participación, victima de chismes, no me invitan etc. Como excluida puedo estar reivindicando, sin saberlo, a un familiar antepasado. Las exclusiones familiares de nuestros ancestros, envueltas generalmente en un secreto u “olvido”, hacen que posteriores miembros de la familia repitan la exclusión. Un secreto familiar es una situación a donde hubo una victima y un perpetrador y el ultimo no asumió la culpa ni el daño hecho. Pueden ser dos familiares o más y ser personas de diferentes sistemas familiares. Por el dolor tan fuerte se trata de olvidar, silenciar este hecho. Según Bert Hellinger las personas excluidas y olvidadas están en resonancia con nosotros y se hacen valer en el presente porque en este campo energético familiar, rige una ley fundamental: todos los que pertenecen al campo tienen el mismo derecho de pertenecer a él. No se puede excluir a nadie. Este campo no pierde a nadie: el olvidado sigue actuando en él. Si fue excluido, por las razones que fuera, bajo la influencia del campo, y a través de esta resonancia se determina que otro miembro de la familia represente al excluido. ¿Quiénes pueden ser excluidos en una familia? Los abortos provocados o espontáneos. Los hijos no reconocidos. Los enfermos olvidados. Parejas anteriores de los padres. Perpetradores. Víctimas. Alguien a quien no se ha podido honrar (por guerras, emigración). Muertos que no se ha hecho el duelo. Si te reconoces en esto y quieres hacer una constelación familiar individual o grupal, contáctanos.
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TassoFacilitadora de Constelaciones Familiares y Organizacionales Archivos
Noviembre 2018
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