Se basa en la teoría general de sistemas. Y dentro de ella en el reconocimiento de que los grupos humanos se rigen por leyes y patrones innatos, a los cuales se agregan todos aquellos que se van construyendo en la interacción cotidiana dentro de las familias y así mismo las familias construyen leyes y principios que rigen la interacción de sus núcleos con las de otras familias, llegando a construir las leyes sociales que permitirán un funcionamiento acorde con las necesidades particulares y grupales. Este conjunto de leyes naturales, familiares, sociales y espirituales que rigen el funcionamiento de los núcleos humanos es lo que Bert Hellinger llama los Órdenes del Amor. La trasgresión de los Órdenes del Amor en las interacciones humanas será el origen de los conflictos y las discordancias internas que pueden llegar a manifestarse como patologías individuales, familiares, grupales o sociales. Bert Hellinger parte de la idea sistémica de que el individuo es un ente grupal. De esta manera para la existencia de un hijo es indispensable la existencia de unos padres y para la existencia de estos padres, fue indispensable a su vez la existencia de los suyos propios y así podríamos irnos hacia atrás en el tiempo hasta el mismo comienzo de la creación de la vida. Cada persona es el final de una pirámide de muchos seres humanos que han sido indispensables para su existencia. Cada nuevo vínculo enriquecerá los sistemas ya existentes y ampliará la historia y será responsable de acuerdo a su concordancia con las leyes de la vida y de su núcleo social del gradiente de nutrición y de salud de las generaciones presentes y futuras. Los sistemas familiares interactúan y se vinculan con otros sistemas familiares, llegando a constituir clanes, grupos, comunidades, sociedades y naciones. Todos ellos enriquecidos por innumerables virtudes, pero a su vez obstruidos por los innumerables conflictos que vamos tejiendo a lo largo de los años. Cada ser humano trae en si mismo toda la información de las vidas de las que procede tanto a nivel psíquico como a nivel físico. Es aquello que llamamos herencia y se encuentra impreso en lo más profundo de nuestro ser, en nuestros genes y en el inconsciente colectivo de nuestra familia y tiene la capacidad de ser transmitida de generación en generación.
0 Comentarios
Los excluidos es el gran tema en las constelaciones familiares, la exclusión puede ser personal y/o social. A nivel personal puedo excluir una parte de mi cuerpo cuando esta enfermo. O puedo excluir parte de mi que parecen a mi madre o a mi padre. Lo vivo como un conflicto interno. Una lucha interna contra lo que es malo en mi. En las constelaciones familiares se busca los excluidos cuando hay alguna enfermedad grave o un destino difícil, ya que para la conciencia familiar, que une y rige los destinos de una familia, todos los miembros pertenecen por igual, y cuando uno es olvidado o despreciado, esta conciencia obliga a otro miembro de la generación posterior a repetir el destino de aquella persona olvidada o no integrada. Por ejemplo, así, un niño, mira con amor y de manera inconsciente hacia alguien excluido y con su comportamiento, nos obliga a mirar también con amor hacia este excluido, hacia este rechazado. Lo que consideramos malo en su comportamiento, no es más que amor por alguien que ha sido excluido del campo familiar. También hay grupos enteros que son excluidos, en nuestras sociedades se notan, indígenas, pueblos rurales, homosexuales y lesbianas, personas con capacidades diferentes, migrantes, enfermos, víctimas olvidadas etc. Son destinos difíciles, desde la exclusión honrando la vida tal y como es. Es de inclinarse ante nuestro destino difícil, no de querer arreglarlo. ¿Quiénes pueden ser excluidos en una familia?: Los abortos provocados o espontáneos. Los hijos no reconocidos. Los enfermos. Personas con capacidades diferentes. Parejas anteriores de los padres. Perpetradores. Víctimas olvidadas. Alguien a quien no se ha podido honrar (por guerras, emigración). Muertos que no se ha hecho el duelo. Según Bert Hellinger quién descubrió los órdenes del amor, todos pertenecemos al sistema familiar y en realidad a muchos sistemas más como la escuela, la iglesia, el país, la profesión. En algunos sistemas pertenecemos para siempre como en la familia en otros pertenecemos temporalmente por ejemplo la secundaria. Los sistemas tienen sus reglas para poder pertenecer, es lo que llamamos la cultura, el sistema de valores, creencias y la ética. De algunos son somos conscientes, la mayoría son inconscientes. Esto nos hace dividir, que es bueno y que es malo. Es nuestra consciencia moral, también fue descubierto por Bert Hellinger. Lo es bueno en mi sistema familiar no necesariamente es bueno en tu sistema familiar y viceversa. En algunos sistemas soy incluida en otros excluida. Donde soy excluido sufro, puedo experimentar bullying, exclusión de información, de participación, victima de chismes, no me invitan etc. Como excluida puedo estar reivindicando, sin saberlo, a un familiar antepasado. Las exclusiones familiares de nuestros ancestros, envueltas generalmente en un secreto u “olvido”, hacen que posteriores miembros de la familia repitan la exclusión. Un secreto familiar es una situación a donde hubo una victima y un perpetrador y el ultimo no asumió la culpa ni el daño hecho. Pueden ser dos familiares o más y ser personas de diferentes sistemas familiares. Por el dolor tan fuerte se trata de olvidar, silenciar este hecho. Según Bert Hellinger las personas excluidas y olvidadas están en resonancia con nosotros y se hacen valer en el presente porque en este campo energético familiar, rige una ley fundamental: todos los que pertenecen al campo tienen el mismo derecho de pertenecer a él. No se puede excluir a nadie. Este campo no pierde a nadie: el olvidado sigue actuando en él. Si fue excluido, por las razones que fuera, bajo la influencia del campo, y a través de esta resonancia se determina que otro miembro de la familia represente al excluido. ¿Quiénes pueden ser excluidos en una familia? Los abortos provocados o espontáneos. Los hijos no reconocidos. Los enfermos olvidados. Parejas anteriores de los padres. Perpetradores. Víctimas. Alguien a quien no se ha podido honrar (por guerras, emigración). Muertos que no se ha hecho el duelo. Si te reconoces en esto y quieres hacer una constelación familiar individual o grupal, contáctanos. Las constelaciones familiares proponen una nueva manera de mirar la enfermedad y sus consecuencias. El enfoque de las constelaciones familiares sobre la enfermedad se explica como un movimiento del espíritu que busca la reconciliación con los traumas individuales, colectivos y generacionales inconscientes. El movimiento del espíritu nos invita a ver el mundo y las relaciones de una forma distinta. Se observa la dinámica entre; la salud y la enfermedad, lo personal y grupal, la victima y el perpetrador y bueno y malo. Ampliando la mirada las fronteras se diluyen en un trasfondo que completa nuestra historia humana, terrenal y espiritual, del tal forma que nos damos cuenta que las polaridades, lo que se considera separado es uno. Eso se llama la reconciliación, y a partir de ello el cambio es posible. El cambio se va dando a través de un proceso de entendimiento y crecimiento interior que culmina con la mirada sistémica, que abarca la totalidad y en el camino se va dejando las ilusiones para ir reconociendo lo que es. Comparto hoy con ustedes esta visualización de Bert Hellinger; Ahora pueden cerrar los ojos. Haré con ustedes un pequeña meditación en la que podrán compenetrarse con lo que significa la resonancia y cómo ella actúa en nosotros. Conéctense con vuestro cuerpo y sientan donde hay algo enfermo, donde algo que no funciona. Evidentemente, aquello que duele o no funciona está en disonancia con nuestro cuerpo. Nos acostamos interiormente junto a ese dolor, junto a esa enfermedad, junto a ese órgano y sentimos con la enfermedad, con ese órgano, con ese dolor a dónde ellos miran. ¿Con qué está en resonancia esa enfermedad? ¿Con qué persona que tal vez fue rechazada u olvidada o maldecida o condenada? Esperamos hasta poder entrar en ese movimiento, hasta poder resonar con él y, tal vez, de pronto poder ver hacia dónde mira esa enfermedad. Por ejemplo, a un niño que murió prematuramente o que nació muerto o fue abortado o entregado en adopción. O alguien a quien condenamos como un delincuente, con quien no queremos tener nada que ver y con quien nuestra familia no quiere tener más nada que ver. Miramos entonces a esa persona como si fuese una de nosotros e interiormente le decimos con la enfermedad: “Ahora te veo. Yo soy como tú. Tú eres como yo. Ahora te hago un lugar en mi alma y en nuestra familia. Ahora has vuelto a estar con nosotros, a ser uno de nosotros. Frente a una fuerza más grande ante la cual no somos otra cosa que piezas de ajedrez con las que ella de distinta manera juega, tú no eres ni mejor ni peor. Reconocemos que: “Tú eres igual a nosotros y nosotros a ti”. Tal vez todavía podamos llegar a otras personas que alguna vez hemos rechazado, con las cuales tal vez estamos enojados, de las cuales fuimos culpables o ellos de nosotros y les decimos: “Sí”. Sentimos entonces lo que cambia en nuestro cuerpo y en nuestra alma y en nuestro amor. ¿Qué significa tomar a nuestra madre? Primeramente se tiene que reconocer que ella es mi madre, mi madre biológica y que ella es la única para mi. A veces se piense que otras mujeres como la abuela, la madre adoptiva o otra mujer de la familia ha sido nuestra madre porque nos cuido, sin embargo, Bert Hellinger enfatiza que la única y la perfecta para nosotros es nuestra madre biológica, sea como sea que pasó después del nacimiento. Hellinger también descubrió que es el movimiento interrumpido hacia la madre o incluso hacia ambos padres. El movimiento interrumpido se puede dar en múltiples maneras. A mi me dio en mi nacimiento ya que la sangre de mis padres no era compatible por el factor Rhesus. Poco después inicié a destruir mi propia sangre y tuvieron que hacer transfusiones de sangre. Quedamos en el hospital diez días, ya que ella también sufrió daño por el uso de fórceps. En el movimiento clave de la vida, estuve separada de mi madre y padre. En terapias convencionales salía el gran enojo con mi madre sin embargo no sentí mejoría ya que no podía culparla porque siempre me han cuidado bien. En el primer taller de constelaciones familiares trabajé mi relación con mi madre liberándonos de la negatividad y mis expectativas infantiles hacia mi madre, para así poder tomar a mi madre tal como es, con un profundo agradecimiento y amor. Me costó varias constelaciones para poder tomarla y también poder ser la pequeña ante ella. Es el tema más importante cuando hablamos de la realización y del éxito, ya sea en la pareja o en el trabajo… cuando la madre está bien situada en nosotros, la vida nos trae felicidad. También puede ser un viaje largo y a veces difícil, pues hay que alejarse en una etapa y sin mirar atrás, saber que nos acompaña, ahora ya empujándonos hacia adelante a por la vida…con todas las responsabilidades y consecuencias de nuestra toma de decisiones. Bert Hellinger con respeto a la relación con la madre dice lo siguiente: ¿Es reparable la relación con la madre? Ya que para muchos es una relación de conflicto. Los conflictos son necesarios. Muchas relaciones con la madre están bloqueadas porque tenemos expectativas con respecto a esa persona que va más allá de lo que se puede esperar de un ser humano; y si los padres fueran perfectos, si la madre fuera la ideal, nosotros no seríamos capaces de vivir, no tendríamos la fuerza para vivir. Somos capaces de vivir porque nuestros padres tienen errores. Eso es lo que nos introduce en la verdadera vida, o sea, amamos a nuestros a padres así como son, tal cual como son, y así nos volvemos felices. El éxito tiene el rostro de la madre. Así como una persona se comporta con respecto a su madre, así se relaciona con el éxito. Si tiene una buena relación le irá bien, tendrá éxito en cualquier campo.También en una relación de pareja. La relación de pareja sería nuestro éxito más grande, y la cosa más difícil que existe. Lo más hermoso y lo más difícil suelen ir juntos… Hace poco una mujer vino a un seminario y me dijo que tenía muchas ganas de estar en pareja con un hombre. Entonces le pregunté que qué tal le iba con su madre. La tensión dominó su rostro al momento. Y yo le dije: “Sin madre no hay hombre”. De igual manera, para un hombre, podría afirmar: “Sin madre, no hay mujer”. Y ésta es la base del éxito. |